
Si bien es cierto que la vivienda vuelve a copar titulares, pues su precio se sitúa ya en valores similares a los de 2007, en el mercado inmobiliario y financiero actual encontramos ciertos aspectos que difieren mucho de los que se dieron hace dos décadas.
Datos importantes, como el número de operaciones anuales, la menor producción de vivienda de obra nueva (y con ello, menos stock), el menor endeudamiento de las familias o un sector bancario mucho más estricto en la concesión de crédito son puntos clave que no vivimos en pleno boom.
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